La otoplastia, también conocida como cirugía de las orejas, es un concepto genérico que engloba los procedimientos quirúrgicos destinados a la corrección de las malformaciones auriculares.
Las orejas prominentes uorejas en asa son una malformación congénita muy frecuente y son la causas más frecuente de consulta, pero no es la única.
Cualquier persona que se sienta disconforme con el aspecto de sus orejas es candidato para esta intervención. Dependiendo de cada caso el cirujano indicará un procedimiento u otro.
El objetivo global de la cirugía en el caso de las Orejas en Asa es corregir una malformación congénita muy frecuente localizada en el cartílago auricular, consiguiendo una correcta alineación de la concha auricular con la cabeza, anatómica y estéticamente correcta.
No hay una edad específica para la intervención. Dado que se considera que a los 4-5 años el desarrollo del pabellón auricular es estable y, a partir de los 6 años ya ha completado su desarrollo, se puede recomendar la cirugía a temprana edad.
En muchas ocasiones es conveniente intervenir antes de que su edad pueda generar algún tipo de complejo. No obstante, es recomendable que el niño tenga suficiente consciencia como para poder cooperar en el postoperatorio.
La cirugía consiste en un procedimiento mínimamente invasivo, siendo el objetivo la remodelación auricular para conseguir un pabellón auricular natural y estético.
Como quiera que el problema habitual radica en que éste se encuentra demasiado “despegado” del plano de la cabeza (las orejas forma de soplillo), se buscará “plegar” el pabellón, disponiéndolo en un plano más paralelo a la cabeza.
La cicatriz está localizada detrás de la oreja por lo que no es visible.
Debemos tener en cuenta que lo que buscamos es doblar la parte posterior de la oreja; en otras ocasiones se procede con la resección de parte del propio cartílago y, en la mayoría de veces, con una combinación de ambos procedimientos. Por todo ello, la cicatriz queda oculta a cualquier mirada.
La cirugía no acostumbra a durar más de una hora.
En el caso de los adultos, puede realizarse con anestesia local asociado con una sedación ligera con el objetivo de incrementar el grado de tranquilidad y confort del paciente.
En el caso de los menores, todo dependerá de la edad y su grado de colaboración pudiendo bastar una sedación únicamente. Para casos en que los niños por la edad, no sean conscientes de la necesidad de no moverse y colaborar con el cirujano, se puede realizar una anestesia general.
Es un proceso totalmente ambulatorio.
Horas después del procedimiento el paciente es dado de alta y con un vendaje que, si no se cae, se retira a las 48 horas.
Tras esas primeras 48 horas los resultados ya pueden verse aunque las orejas permanecerán inflamadas unos días más. Se pueden sentir algunas molestias pero con analgésicos habituales el dolor se controla perfectamente. También pueden aparecer algunos hematomas pero en cuestión de una semana desaparecen.
Tras la salida del hospital se deben seguir unas sencillas indicaciones durante un par de semanas consistentes en proteger las orejas de eventuales golpes o tirones.
Evidentemente el paciente podrá incorporarse a su rutina diaria y en cuestión de un mes la normalización será absoluta.
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