Se trata de una técnica invasiva realizada con ayuda de una aguja con la que no se inyecta ninguna sustancia, de ahí el sobrenombre de “seca”. Las agujas varían de largura y diámetro de grosor para realizar de la manera más eficaz la técnica, sea cual sea la profundidad del tejido a tratar. Su objetivo es el Síndrome de Dolor Miofascial, puntos dolorosos denominados puntos gatillo (trigger points) que generar hipersensibilidad, dolor a distancia o referido. Estos puntos se generan por traumatismos, estrés, microtraumatismos de repetición, dolor… También es muy útil en patologías como: Cervicalgias, dorsalgia, lumbalgia. Contracturas, sobrecarga y elongaciones. Esguinces (tobillo, rodilla…). Tendinopatías. Migrañas. ATM, tensión mandibular. Artrosis, debido a la sobreestimulación que se puede causar en la musculatura adyacente debido al desgaste articular. Esta técnica puede ser de dos tipos, utilizando la aguja para sentir como si fuera una prolongación de los dedos (esto se llama efecto varilla): Superficial: Introducimos la aguja hasta debajo de la piel y giramos para producir un enrollamiento del tejido con la aguja; de esta manera generamos una tensión que nos ayuda a liberar el tejido y bajar el umbral de dolor. Profunda: En este caso introducimos la aguja hasta llegar a la banda tensa del músculo. Cuando pinchamos esta zona generamos espasmos musculares consiguiendo así la relajación del músculo y disminuyendo, incluso haciendo desaparecer, los dolores asociados. Este tratamiento irá acompañado siempre con estiramientos o ejercicios activos que ayudarán a tener menos “dolor post-punción” y aún mejores resultados. Hay que tener en cuenta que esta técnica es rápida, eficaz y segura siempre que estés en manos de un profesional cualificado. En Clínica Plenum somos expertos en estas técnicas invasivas, te esperamos para ayudarte y decir adiós a esos dolores o molestias que quieren estar ahí día a día. Artículo escrito por nuestro fisioterapeuta: Rubén Boal.
Esguince de tobillo ¿otra vez?
El esguince de tobillo es el rey de las lesiones en muchos deportes, raro es el jugador de baloncesto que nunca ha sufrido uno. Además, parece que cuando te haces uno, ya viene uno detrás de otro. ¡Qué frustración! Sabemos que el sufrir un esguince de tobillo te predispone a tener más papeletas para sufrirlo de nuevo. Siempre hay alguien que te dice esa típica frase de “eso es que no lo has curado bien”, y en parte tiene razón. Entonces, ¿qué puedo hacer para “curarlo” bien? Vamos por partes, ¿qué se afecta cuando hay un esguince de tobillo?: En un esguince son los ligamentos los que sufren, en función de la gravedad, esos ligamentos se estiran o rompen de manera parcial o total, en este último caso podría valorarse una cirugía. En el momento que se produce la lesión, el cuerpo inicia el proceso de inflamación y reparación de la zona. La fisioterapia ayuda a acortar los tiempos de recuperación y aliviar la sintomatología desde el primer momento de la lesión. Fundamental SIEMPRE es una correcta EVALUACIÓN de cada caso para poder encaminar de manera correcta el tratamiento. La TECARTERAPIA WINBACK se puede utilizar desde el primer día de la lesión. Estimulamos los vasos sanguíneos de la parte posterior de la rodilla y reducimos el edema desde el pie. En sesiones posteriores el tratamiento va dirigido a acelerar la curación de los ligamentos, disminuir el dolor y así poder comenzar a hacer ejercicio en el menor tiempo posible de manera segura. En la última fase de la rehabilitación, también usamos esta máquina a la vez que hacemos un trabajo más activo con ejercicios de propiocepción y fuerza que le devolverán al “sistema de vigilancia” del cuerpo la capacidad de reaccionar ante un posible nuevo esguince. Vale, ya estoy mucho mejor, pero no quiero que me vuelve a pasar ¿Qué tengo que hacer? Ahora llega el momento de currárselo y abordar todos los factores que se ven afectados o pueden contribuir a tener una recaída. MOVILIDAD: Alguno de los movimientos del tobillo se reducen. Esencial incluir ejercicios de movilidad para restablecerlos. Un claro ejemplo es la flexión dorsal del tobillo, su limitación está relacionada directamente con lesión. FUERZA: Los músculos que protegen el tobillo quedan más débiles, algunos se inhiben en el momento de la lesión y otros por dolor limitamos su uso. Hay que activarlos y ponerles fuertes de nuevo. SENSIBILIZACIÓN NEURAL: ¿Qué es esto? No solo hay músculos y ligamentos, los nervios también pueden sufrir en los esguinces de tobillo y dejar un dolor residual que complica la recuperación. El fisio se encarga de evaluar los nervios que llegan al pie, tratarlo e incluso mandarte ejercicios específicos para tratarlos tú mismo. Así todo dicho parece mucho y muy complicado, pero para eso estamos los fisioterapeutas, para ponéroslo fácil y guiaros en todos los pasos. Nos encargamos de disminuir el dolor y de ir controlando las cargas junto con el preparador físico para ir lo más deprisa posible, pero sin pasarnos, siempre de forma segura. Dicho esto, ¡ya no hay excusa para dejar que los esguinces te amarguen y frenen una y otra vez! Artículo escrito por nuestra fisioterapeuta Belén Gutiérrez.