En el término “hombro doloroso” se incluyen todos los problemas que puedan provocar dolor en el hombro. Se estima una prevalencia del 16 al 26% y la incidencia aumenta con la edad, con determinadas actividades físicas y profesiones y en pacientes diabéticos.
Supone el cuarto motivo de consulta entre la patología músculo-esquelética y en un 60% de los casos la sintomatología puede durar un año o más.
El hombro doloroso es habitualmente incapacitante para actividades básicas como desvestirse o asearse, así como para realizar actividades laborales. En ciertas causas de dolor es habitual que duela incluso en reposo, imposibilitando poder dormir.
Por rangos de edad afecta tanto a jóvenes (por mayor movilidad del hombro que puede originar incluso que se le salga o luxe el hombro), pacientes de edad media (afectación de los tendones con roturas, rigidez o calcificaciones) e incluso pacientes de edad avanzada (artrosis por desgaste del cartílago, asociado o no a rotura de los tendones del hombro).
La patología que afecta al hombro viene determinada por su estructura anatómica que consta de 4 articulaciones: glenohumeral (a la que nos referimos habitualmente como articulación del hombro), esternoclavicular, acromioclavicular y escapulotorácica.
La articulación glenohumeral es la de mayor movilidad del organismo humano y con menor apoyo óseo, ya que solo el 25% de la cabeza humeral contacta directamente con la fosa glenoidea.
En su correcto funcionamiento colaboran:
Manguito de los rotadores; constituido por cuatro músculos: supraespinoso (separa el brazo), infraespinoso y redondo menor (rotan a externo), subescapular (rota a interno) y con una inserción en la escápula y otra en el húmero por debajo de la bursa subacromial.
Músculo deltoideo colabora en la abducción o separación.
Porción larga del bíceps braquial: función flexora del hombro y supinadora del antebrazo( pone la palma de la mano hacia arriba)
Fisiopatología
Factores múltiples que pueden contribuir al dolor de hombro, ya sean solos o combinados.
- Condiciones inflamatorias: los tendones y bursa se inflaman, a menudo debido al uso excesivo o a factores anatómicos (por erosión). También se pueden desgarrar los tendones del hombro (del manguito rotador), o las superficies de las articulaciones se pueden dañar con procesos degenerativos (osteoartritis) o enfermedad autoinmune (artritis reumatoide).
- Movimiento excesivo: Las cápsulas y los ligamentos están laxos y permiten el movimiento excesivo, lo que resulta en la inestabilidad del hombro. Este problema surge por factores congénitos (que pueden provocar múltiples direcciones de inestabilidad) o por traumatismo (que produce una dirección de inestabilidad). El excesivo movimiento del hombro puede tener como resultado la subluxación o la
dislocación.
- Movimiento limitado: las cápsulas y los ligamentos están tensos y restringen el movimiento del hombro, especialmente al levantar los brazos por encima de la cabeza o detrás de la espalda. Este problema es común después de una inmovilización prolongada, pero también puede ocurrir cuando la articulación del hombro se irrita sin causa específica (capsulitis adhesiva). Se asocia más a pacientes diabéticos
- Debilidad/desequilibrio muscular: los músculos que equilibran la cabeza del húmero o escápula están débiles, lo que provoca un movimiento del hombro ineficiente. Es consecuencia de una mala postura o puede ocurrir en atletas que entrenan mucho o de manera incorrecta.
El tratamiento de estas lesiones ha mejorado de forma substancial en los últimos años.
- El uso de Plasma Rico en Plaquetas (PRP, o Factores de Crecimiento) es una opción regulada por la Agencia Española del Medicamento, reconocida como terapia biológica, para tratar los problemas de desgaste o inflamatorios de los tendones del hombro. Para ello, se le extrae al paciente una cantidad de sangre, la cual es centrifugada para poder seleccionar una fracción de la misma, donde se concentran las sustancias antiinflamatorias y regenerativas que tenemos en nuestro organismo y que será la que inyectemos en el hombro. Esta técnica no requiere ingreso ni anestesia.
- En los últimos años el tratamiento quirúrgico del hombro doloroso se ha desarrollado gracias a técnicas quirúrgicas poco agresivas como la artroscopia, técnica en la que se introduce en la articulación una cámara iluminada que permite tratar las lesiones del hombro realizándose incisiones en piel milimétricas.
Los materiales se han perfeccionado en su diseño, calidad y resistencia; por ejemplo, existen en el mercado anclajes sin anclaje, es decir, anclajes hechos sólo de sutura con lo que no se dejan implantados metales ni otros materiales rígidos.
La anestesia también se ha desarrollado en la cirugía del hombro, no siendo necesaria la anestesia general del paciente, por lo que se anestesia sólo el hombro y brazo a operar. Este tipo de anestesia nos da la opción a que el paciente no necesite ingreso hospitalario tras la cirugía.
La cirugía convencional abierta, no artroscópica, se reserva ya prácticamente para la colocación de prótesis en el hombro, y para el tratamiento de algunos tumores. Los avances tecnológicos en cirugía protésica nos permiten hacer una planificación en ordenador previa a la cirugía para que la diseñemos como la mayor precisión y luego guiados por navegación la llevemos a cabo en quirófano. Esta tecnología de último nivel está disponible y es ya una realidad en nuestras manos.
No hay que olvidar que la rehabilitación juega un papel fundamental y que precisa de un tiempo necesario para la reparación de los tejidos tratados y así recuperar la movilidad y disminuir el dolor que nos den el éxito en el tratamiento del hombro doloroso.
Artículo escrito por el Doctor León